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viernes, 31 de mayo de 2024

📌 VAIROLETO: ASALTO Y MUERTE EN ESTANCIA "LA CRIOLLA", CERCA DE CALEUFÚ

 


El siguiente relato nos toca de cerca ya que terminará con una muerte, y el fallecido tiene su tumba en el cementerio de Caleufú. 

Año 1926. Vairoleto aparece y desaparece como la luz mala, murmuran los pueblerinos. La Policía lo busca. El incesante desplazamiento entre chacras y montes requería que viajara bien montado, cosa que lograba con la complicidad de muchos que le daban cobijo y le recambiaban los caballos. Estos rápidos movimientos le permitían desplazarse como un rayo por los desérticos campos pampeanos.  

Una noche como tantas, Juan Bautista decide darse una vueltita por un prostíbulo y casualmente conoce a un tal Eusebio Espíndola, quien lo estaba buscando desde hacia un tiempo, hecho que él ignoraba. El tema era que Espíndola andaba con ganas de vengarse del gallego Bernabé Hornes, dueño de la estancia La Criolla, ubicada en la zona de Lobocó, por que le había quitado la mujer en los tiempos que él trabajaba como peón en el establecimiento, hecho que Vairoleto desconocía. Éste le pasa el dato de que Bernabé había vendido ganado por la suma de 10.000 pesos, a lo que Juan decide colaborar en el plan de ir a robarle, con la complicidad de uno de los actuales empleados e informante, un tal Joaquín Ortiz. Algunos relatos vinculan a un tal Daniel Caro con este asalto.

Vairoleto conocía a Hornes por los comentarios de los puesteros que lo consideraban un explotador, y la mayoría le tenían mucha inquina. Al día siguiente, el 5 de Febrero de 1926, apenas despuntó el amanecer Juan Bautista y Espíndola se dirigieron hacia la estancia, con gorras y los rostros tapados con pañuelos. Refugiándose detrás de unos árboles esperaron atentamente la señal del cómplice Joaquín, que se encontraba en los alrededores de la casa. Joaquín ató los perros y con un fino silbido que se escuchó claramente avisó a Juan y a Espindola para que ingresen al casco de la estancia. Estos entraron y tomaron por sorpresa a Hormes exigiéndole el dinero. 

Ante los gritos y disparos de advertencia, su mujer, Florencia Maderno, fue a ver lo que pasaba siendo golpeada brutalmente por Espíndola. Hornes al intentar defenderla fue despiadadamente asesinado por éste, de un tiro en la cabeza. Ahí es cuando Vairoleto se da cuenta que lo único que buscaba Espíndola era venganza, pero ya era demasiado tarde. Buscan el dinero pero nada había, entregando la mujer 170 pesos que era lo único que tenía. Algunos autores citan también que Espíndola quiere degollar a la mujer y Vairoleto detiene tal acto. Huyen y Vairoleto se separa de estos malhechores definitivamente, aceptando que había caído en una trampa que le podía costar su libertad. Sus circunstanciales cómplices fueron detenidos rápidamente y Juan Bautista pasa a tener calidad de prófugo y decide refugiarse por más de un año en la ciudad de Buenos Aires. Bernabé Hornes fue sepultado en Caleufú.